Por: diario Olé | Argentina | Viernes 13 de mayo del 2016
Un cigarro en los vestidores fue la gota que derramó el vaso. El técnico Guillermo Barros Schellotto se hartó de él y de sus actitudes y decidió separarlo. Sus compañeros aceptaron la decisión y la directiva del Boca se lo comunicó a su representante. Se acabó el ciclo Osvaldo con los Xeneizes.
Al “9” se le cruzaron los cables en Uruguay, e inmediatamente se produjo el cortocircuito: minutos después de haber sido relevado, salió enojadísimo de la cancha por el poco tiempo que había jugado. Se cruzó feo con el técnico en los vestidores Guillermo en el vestuario.
¿Qué fue lo que pasó? El “Mellizo” entró y lo encontró fumando. «¡Apagá ese pucho!», le dijo. Y Osvaldo no sólo no le hizo caso sino que le respondió de muy mala manera. Discusión mediante, el técnico de Boca juntó a los referentes y les comunicó la determinación que había tomado: separarlo del equipo.
En la dirigencia no se oponen. Incluso el presidente Daniel Angelici, promotor de su regreso tras aquella salida envuelta en polémica, siente que Osvaldo no aprovechó la segunda oportunidad que le dieron. Se cansó de él, de su negativa, de su falta de compromiso. Ya había adelantado su descontento la semana pasada en charla con Olé, cuando dijo que tenía que «acostumbrarse a jugar con dolor» y le recomendó que siguiera el ejemplo de Tevez, quien «se pone el equipo al hombro, corre, se hacer cargo y le duele todo. Lo ves cuando termina de jugar, que del dolor en la cintura ni puede caminar, pero se mete en la pileta con hielo, hace kinesiología y después lo ves entrenando. Es por la personalidad de cada jugador». Aunque todavía no lo haya dicho, está claro que el presidente avalará la decisión que tome Guillermo.
Un comentario
Que venga a mexico aqui les permiten todo