En el primer tiempo del encuentro hubo muy poco que destacar. Salvo un disparo lejano de André-Pierre Gignac que fue bien rechazado por el portero Marcelo Barovero, lo demás fue tránsito lento de pelota, diez faltas totales y tan solo siete intentos de disparo que se lograron contabilizar entre ambos equipos.
La poca lucidez protagonizó la primera mitad de este compromiso que dejó inconforme a los aficionados, quienes pasaban más tiempo en sus teléfonos celulares, comiendo la botana o simplemente esperando a que algo diferente a la tónica del encuentro llegara, cosa que no pasó.
El segundo tiempo estaba corriendo con el mismo accionar, pues ninguno de los dos clubes se veía decidido a romper el cero. Fue hasta el minuto 58 en un embate Felino que la historia cambió.
Con un centro a media altura malamente detenido por Barovero, Lucas Zelarayán encontró la oportunidad a pocos centímetros de la portería y puso el 1-0 para los Tigres, quien con muy poco, ya estaban arriba en el marcador.
Eso hizo despertar a un Monterrey que intentó empatar el partido, sin embargo cuando tuvieron las oportunidad no supieron aprovecharlas, esto debido a un error de definición de Carlos Rodríguez, quien dentro del área voló su disparo a las gradas.
Minutos más tarde, el encuentro tomó rumbos definitivos cuando André Gignac remató de cabeza un centro proveniente de un tiro de esquina, mismo que fue mal defendido por el Monterrey, quien resignado dejó correr los minutos finales.
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Con este resultado, los Felinos rompieron una racha de seis goles sin victoria y se colocaron con 17 unidades en séptimo lugar general, mientras que Rayados cae a décimo con 16 puntos totales.
