Ciudad de México, martes 17 de febrero del 2015
Solo algunas semanas después de aquella noche de confeti, de la Copa, de las miradas contrariadas, de los abrazos falsos, de la traición consumada; Antonio Mohamed regresó al futbol mexicano y lo hizo por una puerta que puede significarle peligro y competitividad al resto de los contendientes en la Liga.
Con Mohamed dirigiendo hoy desde “El Barrial”, el Monterrey levanta la mano para ser el protagonista que finalmente el futbol mexicano espera que sea. Que se cuiden los demás, incluyendo al campeón América y al subcampeón Tigres. Monterrey tiene la plantilla, el entrenador y la fuerza pasional para volver rápidamente a los primeros planos del certamen.
No deja de ser una pena lo que sucedió con Carlos Barra. Buena persona, buen entrenador, buen profesional al que lamentablemente no se le dieron las cosas. El fracaso de Barra es un fracaso institucional de los Rayados, que habían apostado por él como un tema de continuidad a los gloriosos días de Vucetich y del Chupete Suazo. Se terminó una época en Monterrey y tenía que empezar otra con todas las ilusiones. Lamentablemente, Barra jamás pudo acomodarse en la banca y encontrar el estilo que mejor favorecía a los intereses del equipo.
Monterrey toma una decisión donde sin duda le asiste la razón y la contundencia de los hechos. Mohamed es uno de los entrenadores con mejores resultados en la última época. Un técnico que fue capaz de salir campeón en un equipo de dimensiones pequeñas como el Tijuana y que lo ratificó, en medio de una gran presión, en el América. Mohamed se fue del América por una “puerta gloriosa”, donde le respaldaban los resultados y no así el estilo de juego que algunos americanistas reclamaban.
Pero hoy la combinación puede tener “dinamita”: un plantel completo, jugadores extranjeros que pueden dar todavía más (Pabón, Chará, Cardona, Cardozo), mexicanos con experiencia y condiciones (Orozco, Mier, Zavala, Juárez, Arellano, Barrera, Velarde), una directiva de pensamientos claros con González Ornelas y Luis Miguel Salvador y una empresa sólida como Grupo Femsa. Mohamed conoce el entorno del equipo, la presión del periodismo y la necesidad de contender ante Tigres. Mohamed sabe bien a dónde llegó y sabe qué esperan de él en las siguientes semanas.
Algunas horas más tarde, las acciones del Monterrey se fortalecieron, se volvieron a cotizar y regresaron al sitio que históricamente les corresponde. La decisión de hoy pone a los Rayados en camino a una competitividad que el futbol mexicano y que la propia ciudad de Monterrey requieren.
Por: David Faitelson
